sábado, 12 de febrero de 2011

Sur de chile.

Allá después de una noche nublada, con lluvias y relámpagos continuos; se puede despertar y oler la tierra mojada, sentir el calor de corrientes que han llegado a madrugar.
Mientras intento dormir escucho los vientos. Esos vientos que chocan con las hojas verdes de los árboles nativos que antepasados nuestros -gente de la tierra- vieron crecer. Intrigado por tantos colores me he puesto a pensar que amo todo lo que esté vivo, tal y como es este recóndito lugar.
Tu piel color café abrigado por las ramas, plantas y tanta cosa mágica de volver y no jamás nada más que todo está donde más que acá.
Volvería cada día y solamente me llevaría en la memoria la simpleza y la belleza de esta natural complejidad. Y gritaría en silencio que a ti no te merecemos. Tú eres mucho más que algo lindo, algo más que una belleza. Donde quizás la tierra aprecia respirar.
Yo nunca podré conocer cada detalle, prefiero mantenerte en secreto, una linda libertad.