Antes de dormir.

Yo te amo tanto como siento que tú me amas.
Lo asimilo con ser una pluma, separada y desechada naturalmente por un hermoso pájaro, colores que imponen fuerza, complacencia.
Perdida, sublime y desapercibida, más allá de la belleza, amor descarado, simple y seguro.
Fuerte y robusto como tronco de alerce, ¿esperando quizás qué?, pero dormido no, quieto tal vez y admirando la silueta de tu cuerpo, me lanzo con el vehículo suave de ruedas livianas hechas de piel.
Contagiado por el calor, e insisto en levantar mi brazo para que tu encuentres cobijo entre mi pecho. No reaccionas y doy cuenta que estás durmiendo, veo tus ojitos cerrados y acerco mi boca a tus labios juntos, te beso, me acomodo y en unas horas mas despertaré contigo a mi lado. Después de haber soñado en un mundo donde al igual que en este mundo; Estoy enamorado.

A tierra firme. (Veo tus ojos)

Al bajar con mis ojos encuentro tus labios. Me dedico a observar tu mirada, tu sonrisa es la que me convence. No acelero. Después, dado el beso compulsivo, nuestros ojos miran juntos hacia el infinito. Tu das la pasada a mis pasos que intentan ser delicados. El comienzo vuelve a empezar de un modo distinto. Sueños profundos, a tierra firme.
Y vuelvo junto a la felicidad. Que puedo hacer más que amarte. Si no amarte fuera una opción, aun así, optaría por amarte la vida entera. Pero no es de elegir, simplemente es como es. Vivir junto a ti, por muy lejos que fueras yo te seguiría mucho más allá de la primavera.

Un chispazo.

Un frasco de piedras de río llevaré en el bolso que no es de cuero.Para poder sentir que los problemas como el agua fluyen sin consuelo.Yo soy las piedras que tranquilas debajo del agua se mantienen.Y pensar que los problemas a mí no me duelen.Y el bolso no tiene que ser de cuero.Para que en mí no existan sentimientos de desprecio.Porque el bolso de cuero fue el cuerpo de un ser como nosotros, masa de necios.

Décima espontánea.

Estaba ahí silencioso.
Mirando el pozo profundo.
Queriendo ser un moribundo.
Siendo un tipo cauteloso.
Sentimiento rencoroso.
Muero ahora como siempre.
El adiós, un golpe fuerte.
Tu amor desde hace tiempo.
Sigue vivo, yo lo siento.
Es difícil comprenderte.

Desde tarde hasta mañana.

Al atardecer dejo que pase el tiempo y aprecio el ambiente amarillento.
Mientras baja la temperatura se aprencian los pensamientos.
Los escondidos sentimientos.
Se ha ido el sol, la noche se ilumina con la luna y las estrellas allá arriba.
Y al momento en la cama los recuerdos florecen.
Termino durmiendo y soñando cosas extrañas, me pongo mis zapatillas con olor a manzanas.
Despierto antes que la noche se ilumine con la luz del día.
De madrugada cuento las estrellas.
La luz del sol me las bloquea.
La tranquilidad de las mañanas me inunda como un golpe sereno.
Y el aparecer de las montañas verdes y azuladas vienen junto al aire limpio y transparente.
Abren paso entre murallas en ruinas y raices que florecen vida.
Opacan los sentimientos dentro de mi mente, limpiándome y vuelvo a sentir concientemente
Esperándote, que vuelvan los precisos momentos, te daría un millón de abrazos mirando la cordillera.
La gigantesca belleza que nos condena.

El cielo resumido en una gota.

El sonido de las gotas al chocar con el fin de los cielos.
La ventana da el paso a los fríos vientos, a los vientos húmedos.
Mis pies desnudos al contacto con los suelos.
Son estos los días fríos que el mal tiempo les pedía.
Al gran cielo poseído por el gran fuego envuelto en una esfera.
Un sonido leve otra vez.
¿No son estos los pasos de las lágrimas de mi madre
que domina al cielo con fuerza y sabiduría?
¿Será que la noche se apodera de la eternidad?
¡No! Es el cielo rojo que da cuando las lágrimas hacen contacto al caer al suelo.
No imagino otra vez los cálidos días.
A la vuelta del tiempo. Pienso que el frío es controlado por la madre del abrigo.
Es el cielo que me dice... Ámame.

No lo sabemos todo.

Siento que los árboles se acarician con el viento.Se aprecia el flote de las hojas.
Y al callar el viento las ramas descanzan para volver a desplazarse junto al bostezo.
Al levantar la mirada me encuentro con el infinito.
Vemos la superficie, la tapa del mundo color azul, lo hemos bautizado como cielo.
Y nosotros no somos nada mas que insignificantes pequeños.
Nuestro orgullo nos queda grande.
Que será de nosotros sin los árboles acariciados por el viento y un sin número de cosas valiosas más.
Y el humano que se ha dedicado a destrozar. 

Sé que puede ser.

En tu corazón y mente.Sé que en un recuerdo, al menos, estaré presente.Y somos dos caminos ya recorridos y que hoy, somos diferentes.Pero agradezco cada segundo, minuto, hora y día contigo.Que yo para poder ser yo, fue necesario conocerte.Y he de decir, que por lo menos un segundo al día, tu nombre rebota en mi cráneo.Me deja bien mareado.Con la cabeza digo si a tu despedida. Y con el orgulloso rencor hemos jugado a las escondidas.